Gracias por tu comentario, Daniel. Yo añadiría otros factores que han ayudado a la antipatía que puede sentir la gente hacia los fotógrafos.
En primer lugar, la pérdida de novedad hacia la fotografía. Antaño que alguien quisiera fotografiarte era tomado generalmente como un acto de atención hacia el sujeto y ello unido a lo ‘novedoso’ de la fotografía, lo hacia un suceso positivo tanto para el fotógrafo como para el retratado. La actitud de la gente era receptiva, de hecho aún hoy ocurre fuera de Europa.
Otro suceso -no menos importante- es el daño que han hecho los paparazzis a la fotografía en general y a los fotógrafos en particular, al ser vistos por la sociedad como sujetos indeseables, carroñeros y molestos. Lo cual -generalmente- no suele ajustarse a la realidad.
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Por: Carlos Prieto
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